Berthold Bartosch

La idea

Los hombres viven y mueren por una idea
pero la idea es inmortal
puedes perseguirla,
puedes juzgarla,
puedes prohibirla,
puedes sentenciarla a muerte.

Pero la idea sigue viviendo en el espíritu de los hombres.

Donde quiera que exista
de lado a lado la miseria y la lucha
surge ahora aquí,
a veces, ella continúa
camino a través de los siglos

La injusticia tiembla antes de que
los oprimidos señalen el camino hacia un futuro mejor
Aquel a quien penetra no se siente aislado
Porque por encima de todo es la idea

Profesor Profesor

29/09/2025

Basada en las afamadas xilografías de Frans Masereel, este clásico del cine de animación fue el primer filme radical encubierto: una idea revolucionaria (con forma de mujer desnuda) es concebida por el artista, condenada por el mundo, los ricos y la iglesia, pero que pervive para siempre estimulando a los hombres a rebelarse.

—Amos Vogel

 

La idea (1920) es la novela gráfica sin palabras de Frans Masereel que en 1932 convirtió en un filme de animación Berthold Bartosch, acompañado en la composición musical por Arthur Honegger en 1934, y que no se recuperó hasta 1976 después de su desaparición a manos del régimen nazi.

La historia nace a partir de la sugerencia del editor alemán Kurt Wolff de dar vida a las xilografías de Masereel, que por aquel entonces publicaba sus obras y las de otros como Franz Kafka, Robert Walser, Georg Trakl o Max Brod; una sugerencia en forma de trabajo que Bartosch acepta. Era diciembre de 1930¹ y ponía punto y final a una década en Berlín, en la que se había labrado su reputación como animador gracias, en parte, a sus colaboraciones con Lotte Reiniger en la creación de filmes como Las aventuras del príncipe Achmed (1926) y de El doctor Dolittle y sus animales (1928). La otra parte podría atribuirse a la influencia ejercida por el profesor Hanzlik en sus años de estudiante de arquitectura en Viena, quien se lo llevó a Berlín al término de la Gran Guerra para trabajar en su taller de películas. Se traslada a París junto a su esposa, Maria Ebel, al bajo de un edificio de la calle Hégésippe-Moreau —en el mismo edificio que Masereel, quien se lo consiguió— y un año después al ático del Théâtre du Vieux-Colombier —gracias a Jean Tedesco, director entre 1924 y 1935 del teatro donde, según Sadoul (1972), Jean Renoir y él crearon La petite marchande d’allumettes (1928)—, dentro del cual se reserva 1,50m×1,75m para su estudio, del que Alexander Alexeieff dijo que era «el estudio de animación más pequeño del mundo.»

Al principio trabajaron juntos cerca de tres horas diarias, al igual que intentaron hacerlo en base a las xilografías para después cambiarlas por las acuarelas debido a la extrema complejidad de tal empresa. La técnica utilizada fue la del cut-out, aprendida por Bartosch junto a Reiniger —y Masereel junto a Bartosch—, en la que «combinó siluetas recortadas con sutiles efectos logrados mediante el control de la exposición fotográfica y difusión de la fuente de luz. La atmósfera suave, lechosa e iridiscente se creó usando negros de tinta aguada y una barra de jabón, que luego eran iluminados desde abajo con lámparas eléctricas de 100 vatios» (Arnault 1969, Beck 2004). La cámara empleada fue una Debrie Parvo K de 35 mm, accionada por un bombín de bicicleta. Dos años (1930–1932), el abandono de Masereel² y 45.000 fotogramas en cuatro niveles de placas de vidrio después, la obra estaba terminada.

Se representó por primera vez, una versión preliminar, el 23 de enero de 1932 en el Vieux Colombier, organizada por Pierre Vorms, a la que asistirían Henry Van de Velde, Harry Kessler, Klaus Mann y Stefan Zweig —y después, según Alexeieff donde se conocieron, en «noviembre o principios de diciembre» de 1932, en el Teatro Pigalle— (Arnault 1969, van Parys 1999), pero se supone que sin audio, porque la otra parte de esta historia le corresponde a Arthur Honegger, quien compuso L’Idee, for ondes martenot and chamber orchestra, H.87 en 1934, meses después de hacer lo propio para la película de Dimitri Kirsanoff Rapto (1934), en febrero, y antes de continuar con la versión de Los miserables (1933–1934) de Raymond Bernard.

En un principio Masereel había pensado en Georges Auric por su reputación como compositor con la compañía Los Ballets Rusos de Sergei Diaghilev y de Le sang d’un poète (1932), la primera película de Jean Cocteau. Pero finalmente se decantó por Honegger, también miembro de «Los Seis», debido a su afinidad, entre otras cosas, acerca del arte visual, ya que «para él [por Honegger] la música es, y sigue siendo, un mensaje, una forma de ayudar, de iluminar y de enriquecer al hombre a quien se dirige» (Tappolet 1939). El trabajo en colaboración con Bartosch se le propuso durante el verano de 1933, produciéndose el primer encuentro entre ambos el 3 de julio (Halbreich, Reinhard 1999).

En la composición musical —editada en 2000 por Editions Papillon—, Honegger dirigió a un total de 12 músicos repartidos en viento (flauta, clarinete, fagot, saxofón alto, trompeta, trombón), percusión (tambor, bombo, caja china, platillo), cuerda (violín 1, violín 2, violoncelo alto) y electrónica (Onda Martenot). Según IMDb.com, la banda sonora es considerada como la segunda obra musical que introduce la Onda Martenot³, siendo la primera, y por una diferencia de meses, la compuesta por Franz Waxman para la película Liliom (1934), dirigida por Fritz Lang. Asimismo es el filme más antiguo en emplear la Onda Martenot —la animación se terminó en 1932—.

En su lecho de muerte, Bartosch todavía hablaba de la película con la que soñaba desde hacía varios años. Vio exactamente lo que quería hacer, dijo: «Tiene que ser muy, muy simple. Es muy difícil ser muy simple, pero tiene que ser muy simple. Durante mis años de trabajo, he aprendido muchas cosas.» Luego sonrió ligeramente y dijo: «El jabón es una cosa extraordinaria, con el jabón se puede hacer de todo.»
—Claire Parker

Finalmente, van Parys (1999) apunta que, según el diario de Georg Reinhart con fecha del 2 de noviembre de 1934, se proyectó de manera satisfactoria el día anterior en el Studio Raspail, lo que «después de todos estos años, es una pequeña satisfacción que la versión final se estrenara en el Studio Raspail, uno de los teatros más famosos de la ciudad», pero oficialmente no lo haría hasta el 27 de diciembre por la necesidad de un visado de censura. Asimismo el estreno mundial tuvo lugar el 16 de diciembre de 1934 en la London Film Society.

Esta animación es la única de las obras de Bartosch que se salvó de la destrucción por parte del régimen nazi —La idea y más de 900 metros del filme que estaba realizando por encargo de Thorold Dickinson, Saint François, ou cauchemars et rêves (1939)—, ya que en su huida se vio forzado a depositarlas en La Cinémathèque française, guardadas en un baúl que nadie ha vuelto a ver desde entonces.

 

Notas al pie

1. Según Alexandre Alexeieff (Arnault 1969), Bartosch llega a Francia en 1929, pero Joris van Parys (1999) apunta que a París lo hace en diciembre de 1930, y lo mismo ocurre con el ático del teatro Vieux Colombier, no apuntando el primero el paso por el bajo de la calle Hégésippe-Moreau.

2. En la página 129, Perry Willet (Donahue 2005) apunta que Masereel abandona el proyecto y que Bartosch termina la animación por su cuenta, pero no aclara el momento concreto, sólo se limita a explicar que la retirada pudo deberse a que al final la idea es derrotada, un final que va más allá de la propia novela.

3. En IMDb.com se puede leer «L’idée is the oldest movie to use the Ondes Martenot, but not the first one». Esto se debe a que, como se comentó anteriormente, el filme estaba terminado en 1932 pero no así la banda sonora, a la que Arthur Honegger dio fin en 1934 y por lo visto unos meses después de que Franz Waxman hiciera lo mismo para Liliom.

 

 

Bibliografia

Arnault H (1969) Hommage à Berthold Bartosch à travers un entretien avec Alexandre Alexeïeff et Claire Parker. Image et Son – La Revue du Cinéma n° 224, France.

Beck J (2004) Animation Art. Flame Tree Publishing, London.

Donahue NH (2005) A Companion to the Literature of German Expressionism. Camdem House, New York.

Halbreich H, Reinhard GP (1999) Arthur Honegger. Amadeus Press, Portland.

Russett R, Starr C (1988) Experimental Animation: Origins of a New Art. Da Capo Press, Boston.

Sadoul G (1972) Dictionary of films. University of California Press, California.

Tappolet W (1939) Arthur Honegger. La Bacconière, Neuchâtel.

van Parys J (1995) Masereel. Houtekiet, Antwerpen – de Prom, Baarn.

 


 

Año 1932 Duración 30 min Dirección Berthold Bartosch Adaptación Berthold Bartosch (La idea de Frans Masereel) Música Arthur Honneger

Basada en las afamadas xilografías de Frans Masereel, este clásico del cine de animación fue el primer filme radical encubierto: una idea revolucionaria (con forma de mujer desnuda) es concebida por el artista, condenada por el mundo, los ricos y la iglesia, pero que pervive para siempre estimulando a los hombres a rebelarse.

—Amos Vogel

 

La idea (1920) es la novela gráfica sin palabras de Frans Masereel que en 1932 convirtió en un filme de animación Berthold Bartosch, acompañado en la composición musical por Arthur Honegger en 1934, y que no se recuperó hasta 1976 después de su desaparición a manos del régimen nazi.

La historia nace a partir de la sugerencia del editor alemán Kurt Wolff de dar vida a las xilografías de Masereel, que por aquel entonces publicaba sus obras y las de otros como Franz Kafka, Robert Walser, Georg Trakl o Max Brod; una sugerencia en forma de trabajo que Bartosch acepta. Era diciembre de 1930¹ y ponía punto y final a una década en Berlín, en la que se había labrado su reputación como animador gracias, en parte, a sus colaboraciones con Lotte Reiniger en la creación de filmes como Las aventuras del príncipe Achmed (1926) y de El doctor Dolittle y sus animales (1928). La otra parte podría atribuirse a la influencia ejercida por el profesor Hanzlik en sus años de estudiante de arquitectura en Viena, quien se lo llevó a Berlín al término de la Gran Guerra para trabajar en su taller de películas. Se traslada a París junto a su esposa, Maria Ebel, al bajo de un edificio de la calle Hégésippe-Moreau —en el mismo edificio que Masereel, quien se lo consiguió— y un año después al ático del Théâtre du Vieux-Colombier —gracias a Jean Tedesco, director entre 1924 y 1935 del teatro donde, según Sadoul (1972), Jean Renoir y él crearon La petite marchande d’allumettes (1928)—, dentro del cual se reserva 1,50m×1,75m para su estudio, del que Alexander Alexeieff dijo que era «el estudio de animación más pequeño del mundo.»

Al principio trabajaron juntos cerca de tres horas diarias, al igual que intentaron hacerlo en base a las xilografías para después cambiarlas por las acuarelas debido a la extrema complejidad de tal empresa. La técnica utilizada fue la del cut-out, aprendida por Bartosch junto a Reiniger —y Masereel junto a Bartosch—, en la que «combinó siluetas recortadas con sutiles efectos logrados mediante el control de la exposición fotográfica y difusión de la fuente de luz. La atmósfera suave, lechosa e iridiscente se creó usando negros de tinta aguada y una barra de jabón, que luego eran iluminados desde abajo con lámparas eléctricas de 100 vatios» (Arnault 1969, Beck 2004). La cámara empleada fue una Debrie Parvo K de 35 mm, accionada por un bombín de bicicleta. Dos años (1930–1932), el abandono de Masereel² y 45.000 fotogramas en cuatro niveles de placas de vidrio después, la obra estaba terminada.

Se representó por primera vez, una versión preliminar, el 23 de enero de 1932 en el Vieux Colombier, organizada por Pierre Vorms, a la que asistirían Henry Van de Velde, Harry Kessler, Klaus Mann y Stefan Zweig —y después, según Alexeieff donde se conocieron, en «noviembre o principios de diciembre» de 1932, en el Teatro Pigalle— (Arnault 1969, van Parys 1999), pero se supone que sin audio, porque la otra parte de esta historia le corresponde a Arthur Honegger, quien compuso L’Idee, for ondes martenot and chamber orchestra, H.87 en 1934, meses después de hacer lo propio para la película de Dimitri Kirsanoff Rapto (1934), en febrero, y antes de continuar con la versión de Los miserables (1933–1934) de Raymond Bernard.

En un principio Masereel había pensado en Georges Auric por su reputación como compositor con la compañía Los Ballets Rusos de Sergei Diaghilev y de Le sang d’un poète (1932), la primera película de Jean Cocteau. Pero finalmente se decantó por Honegger, también miembro de «Los Seis», debido a su afinidad, entre otras cosas, acerca del arte visual, ya que «para él [por Honegger] la música es, y sigue siendo, un mensaje, una forma de ayudar, de iluminar y de enriquecer al hombre a quien se dirige» (Tappolet 1939). El trabajo en colaboración con Bartosch se le propuso durante el verano de 1933, produciéndose el primer encuentro entre ambos el 3 de julio (Halbreich, Reinhard 1999).

En la composición musical —editada en 2000 por Editions Papillon—, Honegger dirigió a un total de 12 músicos repartidos en viento (flauta, clarinete, fagot, saxofón alto, trompeta, trombón), percusión (tambor, bombo, caja china, platillo), cuerda (violín 1, violín 2, violoncelo alto) y electrónica (Onda Martenot). Según IMDb.com, la banda sonora es considerada como la segunda obra musical que introduce la Onda Martenot³, siendo la primera, y por una diferencia de meses, la compuesta por Franz Waxman para la película Liliom (1934), dirigida por Fritz Lang. Asimismo es el filme más antiguo en emplear la Onda Martenot —la animación se terminó en 1932—.

En su lecho de muerte, Bartosch todavía hablaba de la película con la que soñaba desde hacía varios años. Vio exactamente lo que quería hacer, dijo: «Tiene que ser muy, muy simple. Es muy difícil ser muy simple, pero tiene que ser muy simple. Durante mis años de trabajo, he aprendido muchas cosas.» Luego sonrió ligeramente y dijo: «El jabón es una cosa extraordinaria, con el jabón se puede hacer de todo.»
—Claire Parker

Finalmente, van Parys (1999) apunta que, según el diario de Georg Reinhart con fecha del 2 de noviembre de 1934, se proyectó de manera satisfactoria el día anterior en el Studio Raspail, lo que «después de todos estos años, es una pequeña satisfacción que la versión final se estrenara en el Studio Raspail, uno de los teatros más famosos de la ciudad», pero oficialmente no lo haría hasta el 27 de diciembre por la necesidad de un visado de censura. Asimismo el estreno mundial tuvo lugar el 16 de diciembre de 1934 en la London Film Society.

Esta animación es la única de las obras de Bartosch que se salvó de la destrucción por parte del régimen nazi —La idea y más de 900 metros del filme que estaba realizando por encargo de Thorold Dickinson, Saint François, ou cauchemars et rêves (1939)—, ya que en su huida se vio forzado a depositarlas en La Cinémathèque française, guardadas en un baúl que nadie ha vuelto a ver desde entonces.

 

Notas al pie

1. Según Alexandre Alexeieff (Arnault 1969), Bartosch llega a Francia en 1929, pero Joris van Parys (1999) apunta que a París lo hace en diciembre de 1930, y lo mismo ocurre con el ático del teatro Vieux Colombier, no apuntando el primero el paso por el bajo de la calle Hégésippe-Moreau.

2. En la página 129, Perry Willet (Donahue 2005) apunta que Masereel abandona el proyecto y que Bartosch termina la animación por su cuenta, pero no aclara el momento concreto, sólo se limita a explicar que la retirada pudo deberse a que al final la idea es derrotada, un final que va más allá de la propia novela.

3. En IMDb.com se puede leer «L’idée is the oldest movie to use the Ondes Martenot, but not the first one». Esto se debe a que, como se comentó anteriormente, el filme estaba terminado en 1932 pero no así la banda sonora, a la que Arthur Honegger dio fin en 1934 y por lo visto unos meses después de que Franz Waxman hiciera lo mismo para Liliom.

 

 

Bibliografia

Arnault H (1969) Hommage à Berthold Bartosch à travers un entretien avec Alexandre Alexeïeff et Claire Parker. Image et Son – La Revue du Cinéma n° 224, France.

Beck J (2004) Animation Art. Flame Tree Publishing, London.

Donahue NH (2005) A Companion to the Literature of German Expressionism. Camdem House, New York.

Halbreich H, Reinhard GP (1999) Arthur Honegger. Amadeus Press, Portland.

Russett R, Starr C (1988) Experimental Animation: Origins of a New Art. Da Capo Press, Boston.

Sadoul G (1972) Dictionary of films. University of California Press, California.

Tappolet W (1939) Arthur Honegger. La Bacconière, Neuchâtel.

van Parys J (1995) Masereel. Houtekiet, Antwerpen – de Prom, Baarn.

 


 

Año 1932 Duración 30 min Dirección Berthold Bartosch Adaptación Berthold Bartosch (La idea de Frans Masereel) Música Arthur Honneger

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